La detención de Jean-Michel y sus hombres ha debilitado al clan y Sandra tiene que reclutar nuevos miembros. Pero el peligro no proviene solo del exterior. Jean-Michel se entera por la juez Morel que Sandra sabía la trampa tendida por la policía y no hizo nada para impedirlo. Más sola que nunca, Sandra también se enfrenta a las ambiciones de su tío Hyacinthe Leandri.