Segunda temporada de "Oficina de infiltrados", considerada la mejor serie de la historia de la televisión francesa hasta la fecha. Cuatro meses han pasado en el seno de la DGSE desde el final de la temporada anterior. Guillaume Debailly ha sido ascendido a director adjunto del servicio secreto, pero al mismo tiempo ha accedido a trabajar como agente doble para la CIA, a cambio de que los americanos liberen a Nadia, encarcelada por los sirios en paradero desconocido. Su tapadera es su terapia semanal con el doctor Balmes, el agente de contacto a quien visita para reportar las novedades. Mientras tanto, Marina Loiseau se estrena como agente de campo en una misión delicada y peligrosa en Irán, al tiempo que la DGSE afronta una nueva crisis nacional: un yihadista francés reclutado por el Daesh que arremete contra Francia de manera sanguinaria.
Acompaña a Tamar Rabinyan (Niv Sultan), una agente del Mossad y hacker profesional en sus investigaciones en Teherán. Después de crecer en Israel, la protagonista vuelve a su ciudad natal para conspirar en el bombardeo de una plantar nuclear.
La producción de Apple TV+, una serie de espionaje por excelencia que se mueve entre acción y peleas coreografiadas, revive uno de los géneros de serie que llevo a la serie israelí a la fama.
La primera temporada, de ocho episodios, explora la relación entre Irán e Israel y nos sumerge en el corazón del Mossad, con sus apuestas geopolíticas y sus consecuencias en la vida cotidiana de la población. Gracias a su carismática heroína, que se debate entre sus intereses personales y su deber como agente, la serie plantea numerosos e interesantes dilemas. Una apuesta perfecta para los fans de series como Homeland o Fauda (de hecho, es el guionista de Fauda quien está detrás de Teherán).