La inspectora Raquel sabe que algo no va bien. Los atracadores se van anticipando a todos sus pasos. El hecho de que cambiasen las caretas justo cuando la policía se iba a infiltrarse entre los rehenes no hace más que aumentar sus sospechas: ¿significa que entre los policías hay un topo? Cuando parecía que todo estaba en punto muerto, la policía localiza el coche con el que Tokio y Río viajaban para visitar el museo cuando preparaban el golpe. Es un Seat Ibiza antiguo que Helsinki tendría que haber hecho desaparecer, sin embargo, está intacto en un desguace, lo que obliga a El Profesor a abandonar su guarida para ir a borrar las huellas. ¿Logrará hacerlo antes de que llegue la policía o le pillarán con las manos en la masa? En el interior de la Fábrica de Moneda cunde la incertidumbre, rehenes y atracadores empiezan a notar las más de 30 horas de encierro. Río, el más joven de los atracadores, se desmorona cuando ve en la televisión a sus padres. Los periodistas ya los han localizado. Están destrozados, no pueden creer que su pequeño se haya convertido en un delincuente capaz de secuestrar a más de sesenta personas. ¿Se vendrá abajo y tirará todo por la borda? ¿Conseguirá su amor por Tokio hacer que resista? Arturo, recuperándose de la operación para extraerle la bala, no deja de pensar en Mónica, cree que la han matado. No puede evitar sentirse culpable por ser él quien le pidió que robase el teléfono móvil que guardaba en su despacho. Mónica, mientras tanto, sigue escondida en la cámara. La herida de su pierna le provoca fiebres, nada comparado con lo que podría pasarles a ella y a Denver si Berlín descubre que no está muerta. El Profesor pone contra las cuerdas a Raquel, le da a elegir: ¿libera a ocho rehenes o sólo a Alison Parker, la hija del embajador? El Profesor sabe que su éxito depende de que los ciudadanos les vean como héroes y culpen a la policía de todo lo que vaya mal en el secuestro. ¿Qué decisión tomará
Dos años después del fin de La casa de papel, Netflix se adelanta a los Reyes y nos obsequia, este 29 de diciembre, con el esperado estreno de Berlín, un spin-off que ya creó expectación (y expectativas) desde que se propuso cuando apenas había terminado la serie original. Y es que no podía ser de otra manera: el público se había quedado con ganas de saber más sobre Andrés Fenollosa, cuyo carácter cruel a la par que carismático y misterioso consiguió despertar la curiosidad de los espectadores.
Así pues, Álex Pina y Esther Martínez Lobato no se han hecho de rogar, y nos traen ocho episodios en que nos remontamos a los años dorados de Berlín, interpretado, por supuesto, por Pedro Alonso, que decide rodearse de un equipo de élite para dar un golpe extraordinario en París: hacer desaparecer 44 millones en joyas como si de un truco de magia se tratase.
Un robo imposible y una banda de personajes, cada uno de su madre y de su padre, liderados por un cabecilla excéntrico que parece tenerlo todo controlado al dedillo. Una premisa que parece calcada de La casa de papel, que también empezaba con el robo a la Casa de la Moneda bajo las órdenes del Profesor. Berlín también recupera de su predecesora una doble línea temporal, en la que vamos siendo testigos de los acontecimientos presentes y de flashbacks que nos permiten dilucidar cómo empezó todo. Y es que Berlín no se corta a la hora de hacer guiños a la serie original, incluyendo las incorporaciones de Najwa Nimri e Itziar Ituño para interpretar a las policías Alicia Sierra y Raquel Murillo, dos viejas conocidas de los fans de La casa de papel.