Tokio, una joven experta en asaltos, se esconde de la policía en una auto caravana. Dos miembros de seguridad muertos tras su último golpe (en el que falleció también su novio) tienen la culpa de la situación. De allí la rescata El Profesor, un enigmático personaje que le propone el golpe de su vida, “¿Cómo te suenan 2.400 millones de euros?”. Cinco meses concentrados en una finca de Toledo. Esos son el tiempo y el lugar elegidos para ensamblar al equipo: Berlín, el cabecilla, Moscú, el experto en perforaciones, Río, el informático, Nairobi, la falsificadora, Denver, Helsinki y Oslo, la fuerza bruta. El Profesor les explica al milímetro todos y cada uno de los pasos a dar una vez comience el asalto a La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Lugar al que entran camuflados como convoy escoltado por la Guardia Civil. Nada más entrar se despliega el operativo que incluye 11 días de imprimir dinero sin parar; manejar a los 67 rehenes (sobre todo un estudiante jovencita, Alison, que será su mejor baza para negociar); preparar la huida; y despistar a los cuerpos de seguridad. Esto último no va a ser nada fácil porque a la cabeza del operativo está Raquel Murillo, inspectora implacable de inmejorable currículo profesional, y vida personal desastrosa. La partida está en marcha, el clásico juego del gato y el ratón que se da en estas situaciones, solo que esta vez, ¿quién es el roedor y quién el felino?.
Dos años después del fin de La casa de papel, Netflix se adelanta a los Reyes y nos obsequia, este 29 de diciembre, con el esperado estreno de Berlín, un spin-off que ya creó expectación (y expectativas) desde que se propuso cuando apenas había terminado la serie original. Y es que no podía ser de otra manera: el público se había quedado con ganas de saber más sobre Andrés Fenollosa, cuyo carácter cruel a la par que carismático y misterioso consiguió despertar la curiosidad de los espectadores.
Así pues, Álex Pina y Esther Martínez Lobato no se han hecho de rogar, y nos traen ocho episodios en que nos remontamos a los años dorados de Berlín, interpretado, por supuesto, por Pedro Alonso, que decide rodearse de un equipo de élite para dar un golpe extraordinario en París: hacer desaparecer 44 millones en joyas como si de un truco de magia se tratase.
Un robo imposible y una banda de personajes, cada uno de su madre y de su padre, liderados por un cabecilla excéntrico que parece tenerlo todo controlado al dedillo. Una premisa que parece calcada de La casa de papel, que también empezaba con el robo a la Casa de la Moneda bajo las órdenes del Profesor. Berlín también recupera de su predecesora una doble línea temporal, en la que vamos siendo testigos de los acontecimientos presentes y de flashbacks que nos permiten dilucidar cómo empezó todo. Y es que Berlín no se corta a la hora de hacer guiños a la serie original, incluyendo las incorporaciones de Najwa Nimri e Itziar Ituño para interpretar a las policías Alicia Sierra y Raquel Murillo, dos viejas conocidas de los fans de La casa de papel.