Hakudoshi roba un altar portátil, con la ayuda de Kohaku, del que salen varias ratas que destruyen lo que esté a su paso. Kikyo forma un hechizo especial para detenerlas, pero Hakudoshi lo deshace tiempo después. Hakudoshi le ordena a Kohaku mantener el altar abierto, Kohaku lo quiere cerrar pero es vigilado por los insectos de Naraku.