Kagura llega hasta uno de los últimos sacerdotes que cree le pueden decir al bebé de Naraku donde están los límites de éste mundo con el otro. El sacerdote logra partir a la mitad al bebé usando sus últimas fuerzas, Kagura tiene que escapar pero no sin antes dejarle a Inuyasha y a sus amigos el problema de Entei, el caballo demonio que ha salido del sello en que se encontraba y que logra escapar burlándolos.