El Colmillo de acero está ahora en manos de Inuyasha, mientras Sesshomaru se transforma en un temible demonio perro gigantesco. Inuyasha logra transformar a Colmillo de acero en una espada gigantesca, al decirle a Aome que la protegería. La batalla termina con Sesshomaru retirándose sin su brazo izquierdo.