Hércules y Iolaus llegan a Egipto justo a tiempo para salvar a la reina Nefertiti de unos asesinos. Iolaus sospechaba que la princesa Amensu había perpetrado el crimen, porque Amensu quería que Egipto atacara a Grecia mientras que su madre no. Pero el verdadero traidor resultó ser el príncipe Ramsés, que había aparecido para apoyar a la reina. Encontró el Necronomicón -el Libro de los Muertos- y utilizó sus nuevos poderes para enviar estatuas de piedra tras Hércules y Iolaus. Pero ellos evadieron las estatuas y recuperaron el libro. Ramsés fue destruido al recitar el encantamiento del libro, mientras que Nefertiti y Amensu se reconciliaron.