Cuando Hércules vio a las amazonas sirviendo mesas y bailando en un coro, supo que debían de estar hechizadas por Afrodita. Efectivamente, la diosa del amor era la responsable. Había roto con Hefesto, lo que alteró sus poderes. Mientras tanto, Deimos puso a trabajar a las amazonas en una mina, buscando la Piedra de Crono. Al encontrarla, puso a las amazonas en contra de Hércules y Iolaus. Pero Afrodita finalmente confesó su amor por Hefesto, rompiendo el hechizo. Deimos desapareció y las Amazonas volvieron a la normalidad.