Elsie, la hija de un predicador que tiene el don de sanar, ha desparecido y Trudy lleva el caso a la agencia. Aunque sus puntos de vista sobre la religión no pueden diferir más, Frankie y Trudy coinciden en una cosa: es imposible que una adolescente sea tan inocente como creen sus padres. Pronto descubren que Elsie no solo trabaja como cantante de jazz, sino que también ha estado planeando escaparse con el guapo pianista. Pero eso es solo la punta del iceberg: para organizar su huida, sin quererlo Elsie ha caído en algo mucho peor que un romance prohibido.