El pasado oscuro de su padre arroja una sombra sobre Frankie al verse esta como sospechosa del robo de unas joyas que sigue el modus operandi de su padre. Frankie decide investigar el caso para limpiar su nombre, pero acaba descubriendo que la víctima es alguien de su pasado. Obligada a trabajar junto a alguien impensable, Frankie se da cuenta de que atrapar a un ladrón requiere pensar como tal y pide ayuda a unos viejos amigos para montar una operación que exponga al verdadero cerebro tras el robo, a la vez que descubre que todo lo que creía de su pasado es una mentira.