Jagi sigue sembrando el caos y matando a todo aquel que tenga rasgos semejantes a Kenshirō. Jagi tocó el punto vital de un niño, de nombre Mako, y le transmite la maldad necesaria e imperiosa para atacar a Kenshirō. Por el camino, Kenshirō se encuentra con un chico arrastrando un bloque de hierro, encadenado al tobillo de éste, por el caluroso desierto. Sin apenas fuerzas, el niño le muestra el camino hacia la ciudad. Al llegar al lugar, Kenshirō es sorprendido por Mako apuntándole con una ballesta. Kenshirō nota que el chico esta controlado por los impulsos transmitidos por Jagi y le ordena que le dispare. Finalmente dispara y Ken, tras recibir la flecha impactando en su pecho, le toca el punto vital que le libera del mal que Jagi le transmitió. Posteriormente, unos soldados a las ordenes de Jagi asaltan a Kenshirō y éste acaba con todos hasta entrar en el edificio donde se encuentra Jagi. ¡Al fín se ven las caras y el combate está apunto de empezar!.