Trixie irrumpe en la habitación de Al y le acusa de convertirse en un recluso. Esta furiosa porque Alma va a reunirse con Hearst, “La dama ha tenido la brillante idea”. Además, ella no entiende por qué de repente Al parece ceder ante Hearst. Les interrumpe la llegada de una diligencia desde San Francisco, que lleva a un trajeado Wu y a la cocinera negra de Hearst, la Tía Lou. Una segunda diligencia con el extravagante Jack Langrishe y su troupe teatral, a quienes Swearengen conoce de Virginia City. Al le ordena a Trixie que se quede cerca del judío y le tenga al tanto de lo que hace la viuda. “Eso ya está mejor”, dice ella.
La señora Ellsworth visita a Doc Cochran, que la regaña por no descansar más, aunque admite que parece estar completamente restablecida. Ella se ofende por su preocupación, asumiendo que la considera incapaz de tomar buenas decisiones. Hearst habla con la Tía Lou sobre Missouri mientras ella intenta mejorar algunas cosas de la vida en la frontera, como llevar botas limpias y el pastel de melocotón. Él le asegura que el pueblo es rico.
En el Gem, Wu se reúne con Swearengen, intentando ilustrar su viaje en lápiz y papel: "Wu, San Francisco." Al le pregunta cuando van a llegar los nuevos trabajadores chinos de Hearst. “Diez día”, le informa Wu. Al le explica cómo van a funcionar las cosas: va a organizar una reunión entre él mismo, Wu y Hearst. "Wu, Hearst, Swedgin," Wu asiente. Al enfatiza: "Swedgin debe ser el traductor, porque es el único versado en ambos idiomas”. Ellsworth y Alma discuten acerca de la reunión con Hearst. Ellsworth no quiere que vaya. Pero ella no se deja disuadir y le pide que la acompañe. Él accede a regañadientes.