Leighton y Amanda muestran a Jason su innovador invento. Daniela y Jason2 organizan una cena.
AppleTV+ no flaquea y continua haciendo lo que mejor se le da con una nueva serie de ciencia ficción: Materia oscura, adaptación de una novela de Blake Crouch y en la que el mismo autor interviene como showrunner (que no debe confundirse con la serie canadiense de 2015, ambientada en el espacio exterior). Una producción que gira alrededor de uno de los temas favoritos del género de los últimos tiempos: las realidades paralelas. El principio es sencillo: cada decisión que toma nuestro protagonista conduce potencialmente a un mundo nuevo. Como dicta la teoría de Schrödinger: hasta que no abres la caja, el gato que hay dentro está vivo y muerto al mismo tiempo.
Una noche, de camino a casa, Jason Dessen (Joel Edgerton), un profesor de física de la universidad de Chicago, es atacado por un misterioso encapuchado. Pero cuando recupera el conocimiento, no está secuestrado en un lugar inhóspito, sino que descubre que su vida ha cambiado radicalmente. Daniela (Jennifer Connelly) ya no es su esposa, su hijo Charlie (Oakes Fegley) nunca llegó a nacer, y el propio Jason ya no es un simple profesor, sino un reputado físico a las puertas de hacer un gran descubrimiento.
Cuando Jason vuelve en sí, está lleno de preguntas. ¿Qué le ha ocurrido? ¿Es un complot? ¿Está loco? Pronto se descubre lo que ha sucedido: otra persona ha decidido intercambiar sus vidas en sus respectivas realidades. Pero, ¿cómo y por qué? Mientras Jason intenta por todos los medios volver a casa, los sucesos parecen ir más allá de las leyes de la física. No se trata de tecnología hiperavanzada, sino de un invento que podría cambiar la forma de percibir las cosas.