A Mitsuki y Boruto los envían como infiltrados al castillo Hozuki, una prisión de alta seguridad perteneciente a la Aldea de la Hierba en la que encerraron a un miembro de la banda de ladrones Mujina. Con la esperanza de protegerlo a cambio de información, los jóvenes shinobi tendrán que enfrentar a quienes intentan matar al hombre y a los problemas de la propia prisión.