Un hombre arabe con unas extrañas marcas en la cara fallece al explotar el todoterreno que conducia.
La doctora Brennan y sus compañeros son los encargados de confirmar la identidad del cadáver, que parece ser Hamid Masruk.
Su hermano Farid afirma que las heridas de la cara son producto de una enfermedad genética que compartia con su hermano y, tras diversas pruebas, determinan que no es posible y que Hamid estuvo expuesto a una toxina que le provocó las heridas.
Al continuar la investigación, detectan el lugar donde la bomba fue construida, culpando así a Farid de la muerte de su hermano.