Se oyen disparos cerca de una guardería de Nantes. Ben se precipita al lugar y se cruza en el camino del asesino. La víctima es una puericultora, disparada con un arma de gran calibre, un modus operandi que evoca más el gran bandidaje que el crimen pasional. La investigación de Ben la llevará tras las huellas de su propio pasado y del niño que abandonó.