Cuando un interdicto impide a Langley Falls encender su árbol de Navidad anual, Stan empieza a culpar a los no-creyentes por arruinar su festividad favorita. Con su espíritu navideño más bajo que nunca, el Fantasma de las Navidades Pasadas le visita e intenta enseñarle el verdadero significado de la Navidad. Sin embargo, Stan está convencido de que la Navidad puede ser salvada cambiando el resultado de la guerra de Vietnam, pero termina descubriendo que cambiar el pasado sólo altera dramáticamente el futuro.
Este fin de semana, te recomendamos tres series para sacar al nerd que llevas dentro.
A pesar de tener ya tres temporadas, a The Orville le ha costado encontrar su tono. Si bien la primera temporada se centró en explotar la dinámica entre los personajes, la segunda y la tercera se entregan plenamente a la parodia para conseguir un humor de mejor calidad. Por supuesto, no deja de ser un producto de Seth MacFarlane, es decir, poco sutil, pero su fórmula funciona. Exploramos la galaxia a bordo del USS Orville, de la mano del capitán Ed Mercer (el propio MacFarlane) y de Kelly Gracer (Adrianne Palicki). Un dúo de esos que tanto nos gusta que encarna a la perfección la dualidad entre estupidez y genialidad.
Aunque este homenaje a Star Trek parezca una parodia, comparte con la serie de culto de ciencia ficción la reflexión sobre la tolerancia hacia la vida extraterrestre. The Orville es una comedia firmemente arraigada en la cultura estadounidense, y te guste o no Seth MacFarlane, se ha de admitir que su creatividad no tiene límites. El hombre detrás de American Dad ha creado un universo repleto de referencias de ciencia ficción que no deja de enriquecerse.