Por culpa de un incidente en su graduación, donde fue invitado a un baile con la reina del curso sólo para que le echaran encima una pila de cerdos, Stan decide vengarse presumiendo de haberse casado con una reina del curso. Pero cuando un orgulloso Stan acompaña a Francine a su reunión, termina devastado cuando descubre que se perdieron dos papeletas y Francine nunca ganó realmente la corona.
Este fin de semana, te recomendamos tres series para sacar al nerd que llevas dentro.
A pesar de tener ya tres temporadas, a The Orville le ha costado encontrar su tono. Si bien la primera temporada se centró en explotar la dinámica entre los personajes, la segunda y la tercera se entregan plenamente a la parodia para conseguir un humor de mejor calidad. Por supuesto, no deja de ser un producto de Seth MacFarlane, es decir, poco sutil, pero su fórmula funciona. Exploramos la galaxia a bordo del USS Orville, de la mano del capitán Ed Mercer (el propio MacFarlane) y de Kelly Gracer (Adrianne Palicki). Un dúo de esos que tanto nos gusta que encarna a la perfección la dualidad entre estupidez y genialidad.
Aunque este homenaje a Star Trek parezca una parodia, comparte con la serie de culto de ciencia ficción la reflexión sobre la tolerancia hacia la vida extraterrestre. The Orville es una comedia firmemente arraigada en la cultura estadounidense, y te guste o no Seth MacFarlane, se ha de admitir que su creatividad no tiene límites. El hombre detrás de American Dad ha creado un universo repleto de referencias de ciencia ficción que no deja de enriquecerse.