El 26 de septiembre de 2000, las olas empujaron al MS Express Samina fuera de curso, lo que provocó que golpeara un grupo de rocas en la costa de la isla griega de Paros y se hundiera, matando a 80 personas. La investigación posterior mostró que el ferry estaba en piloto automático y que la tripulación no estaba monitoreando el rumbo del barco ya que estaban viendo un partido de fútbol en su lugar.