Roger ha estado entrenando recientemente a sus dálmatas para que canten, aunque cuando Cruella De Vil se entera de esto, decide crear un programa de televisión para ellos. Roger los inscribe con entusiasmo, pero cuando resulta que el programa de Cruella no es más que un complot para obligar a los Dearly a vender su granja, los Dearly Dalmatians deben encontrar la manera de darle la vuelta a ella.