Llega a Disney+ Shōgun, adaptación de la aclamada novela de James Clavell, un bestseller internacional que ya se adaptó a la gran pantalla en 1980. Esta nueva versión ofrece una inmersión técnica e histórica en el Japón feudal del siglo XVI, y, más concretamente, se remonta a 1598, año en el que el país se vio sumido en la incertidumbre tras la muerte del shōgun Toyotomi Hideyoshi: el clásico conflicto de una dinastía sin heredero. Conscientes de que la lucha entre las diferentes potencias militares japonesas se vería influenciada por la creciente intrusión de las potencias europeas, especialmente, la de Portugal y la de España, un grupo de regentes deciden crear un consejo para gestionar los asuntos del país. Y, hasta aquí, la veracidad histórica, porque, al igual que la novela original, tanto la trama como los personajes son pura invención. Esta versión, creada por Rachel Kondo y Justin Marks (guionista de Top Gun: Maverick), cuenta con 10 episodios que podrás disfrutar en Disney+ a partir del 27 de febrero.
Desembarcamos en el Japón de antaño a través de John Blackthorne (Cosmo Jarvis), un marinero inglés que se llega a la costa japonesa tras el naufragio de su barco holandés. Blackthorne y su tripulación son capturados por soldados japoneses y llevados ante Toranaga-dono (Hiroyuki Sanada), un señor feudal, o Daimyo, del Consejo de Regentes japonés. A medida que avanza la historia, Blackthorne deberá aprender a navegar entre las diversas facciones implicadas, encontrándose a menudo atrapado en medio del conflicto y las intrigas políticas, que amenazan con desatar una guerra civil sin precedentes. De hecho, su relación con Toranaga se convierte en un elemento central de la trama, ya que ambos desarrollan una complicada relación que baila entre la confianza y el recelo.
Aunque la pugna por el poder es un elemento omnipresente en Shōgun, los actores importantes se van introduciendo poco a poco. Por ejemplo, aparte de Blackthorne y Toraga, la serie nos presenta a Mariko (interpretada por Anna Sawai, la estrella del pop a la que conocimos gracias a Monarch), la intérprete con un pasado de deshonra que no le será indiferente al marinero inglés. Estos tres personajes son los verdaderos focos de la historia, y entre ellos moverán el destino del país.
Sería tentador establecer paralelismos con Juego de Tronos por su aspecto político, pero, en Shōgun, no hay ni fantasía ni el terreno está tan fragmentado, y tanto mejor, ya que nos da más tiempo para conocer a los personajes y ponernos en su piel. Y, sí, es cierto que la serie está salpicada de escenas de lucha y sangre, pero tampoco se cae en una ultraviolencia explícita. De hecho, Shōgun se centra, sobre todo, en ofrecer una nueva visión del Japón medieval, centrándose en la condición de la mujer, y en la auténtica función de los samuráis, que a menudo se han representado de manera incorrecta en la cultura pop occidental.
Y, por supuesto, como en toda buena serie ambientada en Japón, el sentido del deber y del honor están omnipresentes, y las consecuencias de no respetarlos quedan claras desde el minuto uno. Los decorados y el vestuario son magníficos, y aunque los actores japoneses puedan sorprender a veces a un público más occidental, la dramatización es tal que no hace sino reforzar la autenticidad de la serie.
A la primera temporada solo le ha dado tiempo de explorar algunos de los temas que plantea la obra original, ¡esperemos, pues, que Shōgun tenga una segunda entrega!