Aprovechamos el estreno de Rapa, la nueva serie de los creadores de Hierro, para mostraros algunas de las joyitas que podéis encontrar en Movistar+. Esta semana, os recomendamos tres series protagonizadas por mujeres “echás p’alante” que os harán tanto reír como llorar.
¡Vamos allá!
SMILF es una dramedia muy infravalorada que te hará pasar de la risa al llanto en cuestión de minutos. Nuestra protagonista es Bridgette (Frankie Shaw), una madre soltera que se deja la piel para criar a Larry, su hijo de dos años, con los pocos recursos que tiene. La interpretación de Shaw no defrauda en esta serie que, sin pelos en la lengua, no teme a mostrar la realidad tal y como es. La serie se asemeja mucho a Mom a la hora de reflejar la situación económica y social de Bridgette, a la vez que aborda el feminismo de manera similar a la de Fleabag, sea intencional o no.
Frankie Shaw (a la que muchos conocemos por Mr. Robot) no solo protagoniza la serie, sino que también es su creadora, escritora y directora. Las situaciones incómodas que se reflejan en ella nunca duran lo suficiente como para provocar una vergüenza ajena irreparable, sino lo justo para que el espectador empatice con los personajes. Solo cuenta con dos temporadas. Tal vez sea porque su tono franco no fue plato de buen gusto para todos.
María (Leticia Dolera) es una treintañera cuya vida se ve patas arriba cuando su novio de toda la vida la deja y termina, tras una noche de juerga, embarazada de un chico con diversidad funcional. Afortunadamente, no está sola: en su nueva vida la acompañarán su hermana Esther (Aixa Villagrán), una cuarentañera que sigue viviendo su vida como si fuese una adolescente, y su amiga Cris, una mujer que, a pesar de haber “triunfado” en todos los ámbitos de su vida, no es feliz. Esta es la premisa de Vida perfecta, una serie que, por cierto, se hizo con dos galardones en la edición de 2019 del festival de Canneseries.
Creada, protagonizada y escrita (junto a Manuel Burque) por Leticia Dolera, Vida perfecta destaca por la naturalidad y autenticidad de sus diálogos. Muchos se verán reflejados en los conflictos y las contradicciones de los personajes, que se plantean y replantean su propósito, preguntándose sobre el paso del tiempo, el sexo, la amistad, el amor… en definitiva, sobre todo aquello que forma parte de vivir De una vida que, al final, no tiene que ser perfecta para merecer ser vivida.
No es la primera vez que os recomendamos Motherland, una serie creada por Sharon Hogan que sigue a un grupo de madres que intentan (a trancas y a barrancas) compaginar su papel de madres con su vida profesional y personal. La protagonista es Julia (Anna Maxwell Martin), una organizadora de eventos que pierde los papeles cuando su madre se niega a hacer de canguro de sus nietos. La desesperación con la que protagonista, junto con sus compañeros Liz (Diane Morgan) y Keving (Paul Ready), trata de encasquetar el cuidado de sus hijos a diestro y siniestro para poder impulsar su vida profesional, marca desde el principio el tono de la serie, examinando desde el cinismo lo complicada que resulta la crianza.
A pesar de lo absurdo y cómico de sus periplos, Motherland hace una crítica no pasa desapercibida: la comedia señala que, a pesar de estar en pleno siglo XXI, se sigue esperando que las mujeres se encarguen de su trabajo, los hijos y el hogar sin ayuda de sus parejas… cuyas apariciones en la serie son más que anecdóticas.