Ocho de la mañana, suena el despertador (pí, pí, píii). Levantarse, ducha, café. Transporte público (petado). Llegar al trabajo. Hacer la pausa de la comida. Recalentar el tupper en el microondas de la ofi. Comer. Trabajar. Volver a casa. ¿Gimnasio? No, mejor pedir al chino y ver una serie. Irse a la cama. Repetir el ciclo hasta la saciedad.
Si te has sentido apelado, entonces no te puedes perder Poquita fe, la nueva comedia de Movistar+, creada por Pepón Montero y Juan Maidagán (creadores del primer Camera Café), que se estrenó el pasado 4 de julio en la plataforma. La serie está protagonizada por José Ramón (Raúl Cimas) y Berta (Esperanza Pedreño) un matrimonio que ha caído en la inercia de la rutina, del trabajo, de los fines de semana y las vacaciones en bucle, de aguantar los chascarrillos de sus amigos y familiares. Y aunque José Ramón siente que no se puede quejar, a Berta empezará a pesarle la monotonía en la que se han instalado y todo lo que no ha vivido. Un punto de partida que daría para dramón en cualquier otra serie, pero que aquí, se utiliza como excusa para explorar, desde el humor, temas como las crisis matrimoniales, la falta de pasión y expectativas, los celos, los sueños inalcanzables o la resignación.
Una de las particularidades de Poquita fe es que, como si de un confesionario se tratase, intercala los gags con entrevistas a los personajes, que van opinando en vivo acerca de lo que va ocurriendo (y de los demás), creando un mecanismo de réplicas que va escalando hasta crear situaciones de lo más divertidas. Los suegros, los vecinos, el compañero de trabajo, los amigos… aquí nadie se corta a la hora de dar su opinión.
Y es que, aparte de José Ramón y Berta, el elenco de la serie está compuesto por muchos otros personajes interpretados por actores y actrices como Julia de Castro (la hermana pasota de Berta), Chani Martín (el vecino “cuñao”), María Jesús Hoyos y Juan Lombardero (los padres de Berta), Marta Fernández-Muro (la madre de José Ramón) o Pilar Gómez (la amiga alocada). Un reparto que compone un tapiz de voces y opiniones en el que se pasa de un tema a otro a un ritmo desenfrenado, una velocidad que se ve acrecentada por un montaje que resulta esencial para propiciar las situaciones humorísticas.
Sea como sea, cuesta no verse reflejado en las miserias vitales de alguno de los personajes, que representan los aspectos más grises del ciudadano del montón (y metiendo bien el dedo en la herida). Pero, la serie de Montero y Maidagán, lejos de caer en la tristeza, el humor fácil o la vergüenza ajena, se recrea en estas situaciones tan de a pie desde una perspectiva que consigue arrancarle una carcajada al espectador, a la vez que lo hace reflexionar, sobre todo a medida que pasa el tiempo en la serie y vemos a un José Ramón más acomodado y a una Berta más crispada e insatisfecha.
En definitiva, el estreno de Poquita fe ha llegado a Movistar+ como un soplo de aire fresco en este verano tan caluroso y promete ser una de las comedias más interesantes de la temporada.
Ya puedes disfrutar de los doce episodios de Poquita fe en Movistar+