El estreno de la quinta temporada de El cuento de la criada nos ha inspirado para recomendaros tres series protagonizadas por mujeres que están hasta el moño del statu quo. Para este fin de semana, os proponemos una colorida (e intensa) vuelta a la Nueva York de los 80, una distopía tecnológica bien sazonada con humor negro y un drama policial que no te dará tregua.
Empezamos con Made for Love, protagonizada por Hazel (Cristin Milioti), una mujer atrapada en un paraíso artificial en el que su marido vigila cada uno de los aspectos de su vida. En su jaula dorada, el magnate tecnológico Byron Golgol le ofrece todo lo que podría desear: una casa de lujo con piscina, entretenimientos de todo tipo, orgasmos diarios… todo, a cambio de un control total de su relación y de su vida. La gota que colma el vaso cae el día en el que Byron presenta públicamente su último invento: un chip que permite tener acceso al cerebro de otra persona, y que representa la conexión definitiva en nombre del amor. ¿Y quién es su conejilla de indias? Nada más y nada menos que nuestra Hazel.
Si bien esta serie tiene elementos que recuerdan inequívocamente a El cuento de la criada (las ansias de control, las dinámicas de poder en las parejas), Made For Love tiene un enfoque más cómico y escenas mucho menos duras de ver. Sin banalizar las situaciones de maltrato y posesividad, la serie hace uso del humor negro para incitar a la reflexión sobre cómo se interactúan las relaciones amorosas actuales con la tecnología, con un punto absurdo que a algunos les recordará a Fargo. Una serie que te recomendamos encarecidamente si disfrutas del humor ácido y de series al estilo de Black Mirror.
Seguimos con Pose, una serie con el sello de Ryan Murphy que, si bien no es la más conocida, se ha convertido en una de sus producciones más icónicas. Si series como Sexo en Nueva York dieron a conocer el lado más elitista de la Gran Manzana, en el que proliferaban ejecutivos trajeados y mujeres enfundadas en vestidos de alta costura, Pose da a conocer la escena LGTBIQ+ neoyorquina de los 80, en la que los balls, competiciones de desfiles, danza e interpretación por categoría, se convirtieron en el eje de la comunidad. Nuestra protagonista es Blanca, una mujer trans que, tras ser expulsada de su casa, decide crear su propia familia, acogiendo bajo su ala a jóvenes pertenecientes a la comunidad LGTBIQ+, no solo para hacerse con todos los trofeos de los balls, sino para cuidar los unos de los otros.
Pose destacó desde el principio por ser una ficción transgresora: no en vano decidió contar las vivencias de un grupo de mujeres transexuales racializadas en la Nueva York de los 80 y los 90. Aparte de plasmar las experiencias de personajes con una autenticidad que seduce, la serie aborda sin pelos en la lengua la cuestión del género y de la pandemia del VIH. Además, su intención de reivindicar al colectivo no se quedó en la ficción: en su reparto, Pose incluyó a más de 50 intérpretes de la comunidad queer. La serie también dio a conocer a actrices magníficas como MJ Rodríguez, Indya Moore o Dominique Jackson, además de contar con actores más consolidados en la industria como Evan Peters o Billy Porter.
Terminamos con Antidisturbios, una producción española que no dejó indiferentes ni al público ni a la crítica. Esta serie, dirigida por Rodrigo Sorogoyen, narra las vivencias de seis policías (interpretados por Hovik Keuchkerian, Alex García, Raúl Arévalo, Roberto Álamo, Patrick Criado y Raúl Prieto) a los que se les acusa de homicidio después de que un hombre muera durante un desahucio.
Después de esta sinopsis tan testosterónica, tal vez te preguntes, ¿qué hace esta serie en este top? Pues bien, aquí entraría Laia (Vicky Luengo), una policía de Asuntos Internos encargada de investigar el caso. La agente no tarda en darse cuenta de que algo no cuadra, y que el problema viene de las esferas más altas de la policía. A contracorriente, y en una institución de lo más jerarquizada y masculinizada, Laia se tendrá que arremangar para averiguar qué pasó en realidad. Una serie que no te puedes perder si disfrutas de la tensión, del conflicto y de los planos secuencia agobiantes.